Obra 10
Un salón cualquiera en una escuela argentina. La clase de geometría no tiene nada de raro, excepto para Cami, que no logra calcular bien cuánto mide ese triángulo.
No es que no entienda el tema: es que las reglas tradicionales no fueron hechas para ella. Resulta que Cami no puede ver bien los números.
¿Y si medir no dependiera de ver? Justo eso fue lo que se plantearon las nuevas herramientas: reglas y transportadores impresos en 3D, con patrones de relieve en lugar de cifras escritas. Ahora puede medir con las yemas de los dedos. Ahora, la geometría también es suya.
Este cambio no es solo técnico. Es conductual. Cuando el diseño elimina barreras, cambia cómo actuamos, cómo aprendemos, cómo participamos. Reduce la fricción invisible que separa a unas personas de otras. No se trata de hacer adaptaciones “especiales”, sino de diseñar pensando en más personas desde el inicio.
El diseño inclusivo no es un gesto de caridad ni un lujo opcional. Es una forma de entender que todos —sin importar nuestras capacidades— merecemos acceso al conocimiento, al juego, a la vida cotidiana.
Y cuando diseñamos mejor para quienes más lo necesitan, terminamos diseñando mejor para todos. Porque la geometría sigue siendo la misma. Lo que cambia es quién puede ser parte de ella.
Créditos: Somos Confirma, Librería y Juguetería Didáctica e Inclusiva, Buenos Aires, Argentina
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