Fin del “Diseño Ordinario”
Gracias por mirar distinto lo ordinario
Cuando comenzó esta colección, bastaba con una idea: mirar de nuevo lo cotidiano. Para lograrlo, sólo había que cambiar el enfoque y descubrir que el diseño no está solo en los grandes lanzamientos o en los productos con premios. Está también en la etiqueta de un té, en la puerta pequeña de una tienda, o en una bolsa de café vacía.
Lo llamamos “Diseño Ordinario” por eso. Porque lo ordinario —lo común, lo que no suele llamar la atención— también tiene poder. Puede emocionar. Puede transformar. Puede hacerte pensar distinto sobre algo que antes ni te dabas cuenta de que estaba ahí.
Hoy, después de 30 obras (y una ñapa), confirmamos algo que ya intuíamos: el diseño está en todas partes. En las calles, en las aulas, en las decisiones invisibles que otras personas tomaron para hacernos la vida un poquito más fácil, más amable, más nuestra.
Y no solo eso. También está en las emociones que esas decisiones despiertan. En cómo un cartel colgado en un pasillo te da orientación sin pedir permiso. En cómo una taza de café puede contar una historia que dura más que el sabor. En cómo una clase universitaria puede ser inolvidable si la diseñas como una historia compartida.
Cada obra que publicamos fue una pausa para observar, pero también una invitación a cuestionar: ¿Por qué esto funciona tan bien?, ¿Qué decisión hay detrás?, ¿Quién se tomó el tiempo de pensar en nosotros? ¿Qué otros diseños están pensados para mí, sin que yo me entere?
Gracias a todas las personas que compartieron sus proyectos, sus ideas, sus recuerdos, sus “likes”. Y gracias también a quienes se sumaron como visitantes, lectoras, curiosos y cómplices. Este espacio no existiría sin ustedes.
Pero esto no es un final. Solo es el cierre de una colección. Ya vendrán más.
La Galería UX sigue abierta. Quedan muchas más sorpresas por venir, muchas otras formas de experimentar y entender el diseño como lo que realmente es: una herramienta para vivir mejor.
Y tú, que estás leyendo esto… si conoces un caso de diseño cotidiano que merezca ser contado, envíalo a través del formulario en la Sala Galerista (aquí).Mientras tanto, nosotros seguimos observando. Y celebrando que lo ordinario, bien visto, terminó siendo extraordinario.
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