Obra 13
Ana Gaby entra a la tienda. Inmediatamente sabe que la estaban esperando, a ella y a sus invitadas.
No es solo un vestido de novia. Tampoco solo una compra. Es una escena que se ha imaginado muchas veces: la entrada al salón, los espejos, las opiniones cruzadas, la emoción contenida. Y esta tienda lo sabe. Por eso, antes de que digas una palabra, ya está todo listo. En la entrada: un cartel que dice “Bienvenida, Ana Gaby”. En la mesa: las bebidas favoritas de tu grupo. En el ambiente: la sensación de que este momento es solo tuyo y que será inolvidable.
No se trata de grandes tecnologías, sino de detalles estratégicos. Lo que hay aquí es diseño emocional, enfocado en reducir ansiedades, elevar la ilusión y recordarte que estás exactamente donde deberías estar. Cada gesto comunica: “pensamos en ti”.
Porque cuando algo se siente personalizado, se siente más valioso. Y eso cambia por completo cómo tomamos decisiones. La economía conductual lo ha estudiado: si percibes que un producto o servicio está hecho a tu medida, no solo aumenta tu satisfacción, también se reduce la indecisión, se fortalece la memoria del momento y se incrementa la probabilidad de que lo compartas con otras personas.
Para la tienda, todo esto se traduce en confianza, ventas más naturales y recomendaciones genuinas. Para ti, en una historia que recordarás con cariño.
La UX también se viste de gala.
Y el diseño, cuando es empático, también enamora.
Créditos: Bradia Atelier, Querétaro, México.
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