Obra 04
Restaurante de barrio, sin pretensiones
No hay descripciones gourmet.
No hay nombres rebuscados ni adjetivos en francés.
Hay dibujos.
Dibujos sencillos, hechos a mano. Una lechuga, un trozo de queso, una cebolla. Ingredientes básicos, bien puestos. Sin palabras innecesarias ni adjetivos elegantes.
Este menú no presume de diseño, pero está diseñado con intención.
Aquí no importa si sabes leer con fluidez, si hablas otro idioma, si tienes prisa o si vienes con un niño curioso. Este menú no discrimina. Se deja entender.
Y eso —aunque no siempre se diga— es diseño.
Desde UX, esta es una intervención poderosa: presentar la información de forma clara, visual y accesible no es solo una buena práctica, es una declaración de empatía. Es pensar en quien tiene hambre, no en quien diseña.
Desde la economía conductual, es una estrategia que reduce fricción cognitiva: menos dudas, menos explicaciones, decisiones más rápidas. Eso no solo mejora la experiencia del cliente, también optimiza el flujo del negocio. El mesero contesta menos preguntas, el pedido llega más rápido, la rotación mejora.
Todo está conectado.
Una carta dibujada no es infantil.
Es inclusiva. Es eficiente. Es humana.
Créditos: Restaurante Barnaby, Querétaro, México
Leave a Reply