Obra 01
Cafetería pequeña, en una esquina de una ciudad chica. En una de esas calles peatonales empedradas.
No cambiaron la receta.
No rediseñaron la taza, ni la mesa, ni el servicio.
Lo que rediseñaron fue el momento.
En esta cafetería, cada taza de café viene acompañada de una tarjeta. No un menú, no una promo, no un código QR. Una tarjeta simple, impresa, donde puedes leer sobre el café que estás tomando: su origen geográfico, sus notas de sabor… y lo más importante, las personas que lo cultivaron.
Mientras el aroma del café llena el aire, tú lees sobre Emilia y su familia, que llevan tres generaciones cuidando cafetales en las montañas. O sobre Luis, que cambió de oficio para dedicarse a rescatar variedades olvidadas. De pronto, lo que parecía una pausa más en la rutina se convierte en una conexión inesperada.
El diseño aquí no está en lo visual. Está en la decisión de contar una historia.
En convertir un producto en una experiencia.
Desde una mirada UX, esta es una microintervención que transforma por completo la percepción del usuario: el café deja de ser genérico y pasa a ser tuyo. Se le añade sentido al momento. Hay emoción, presencia, gratitud. Un pequeño ritual con significado.
Desde la economía conductual, es un claro ejemplo de cómo la narrativa y la atención al contexto afectan nuestras decisiones y recuerdos: una taza con historia sabe distinto. Se activa la reciprocidad, se fortalece la percepción de valor, y el recuerdo del café dura más que el sabor en la boca.
No necesitas una app para rediseñar una experiencia.
A veces, solo hace falta recordar que detrás de cada cosa que usamos, hay alguien que la hizo posible.
Créditos: Lavanda Café de Especialidad, San Miguel De Allende, México
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